No es por casualidad,
nada lo es, ni tu, ni yo,
ni el mundo maravilloso que nos rodea.
Era la hora, era el momento, era el lugar,
nada fue por casualidad,
así estaba escrito en el libro de la vida.
Si la felicidad llega para ti y para mi,
no es por casualidad,
y es porque construimos un cielo azul ,
donde brilla el sol.
Si la angustia llega para ti y para mi,
no es por casualidad,
y es porque dejamos de ver un cielo azul,
donde la tormenta arrasa la luz del sol.
Somos nosotros únicamente los dueños,
de esas casualidades,
amos y señores de la casualidad.
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