Es mi deseo, mi deleite de cada día,
decirte "Buenos Días" en un amanecer,
decirte "Buenas Tardes" en un atardecer,
y decir "Buenas Noches" al ver la luna resplandeciente,
imaginando ver tus ojos cerrarse al dormir.
Es mi gloria y felicidad,
y es cómplice mía la naturaleza bendita,
que hace magia, para enviarte rosas rojas,
no sólo tres rosas quisiera, sino mil.
Si dejara de hacerlo cada día no es olvido,
es tal vez posible caer involuntariamente,
de impertinente e intranquilizar tu paz.
He aquí pues unas líneas escritas,
de mi pluma atrevida,
a escribir palabras de yo, un pseudo-poeta,
que nacen del viviente latido de mi corazón.
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