Era una vez, ...
que dos almas se buscaron sin conocerse,
y encontraron una luz brillante, en sus ojos
un calor inmenso en sus corazones latientes,
un ánimo de querer y sentirse amados.
Noche tras noches en caminatas interminables,
protegidos por la luna y la noche cómplice,
su amor nació de una pequeña llama,
encendiendo sus corazones, el amor los inundó.
Hubo vientos que apagar quisieron, la llama,
hubo distanciamientos de gran dolor,
hubo acercamientos de gran alegría,
¿qué corazones tan caprichos nos gobiernan?
¿por qué dudáis amada mía?
Escrita está ya nuestra historia,
de un día a día, de una noche a noche,
de pequeños y grandes detalles,
que conquistaron mi corazón,
de aquel que me pediste y ya tuyo es,
y cada noche ya en tu almohada, a tu oído diré,
os amo amada mía, amada deseada.
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